Navegando hacia la Resiliencia: Lecciones del Viejo y el Mar

 El viejo y el mar




Como si nos estuviera dando una historia aparentemente simple, "El viejo y el mar" de Ernest Ernest Hemingway nos embarca en una aventura que va más allá de un simple pescador llamado Santiago. Esta obra nos revela, con sorpresa, una historia con profunda reflexión sobre la vida y el ser. Desde las primeras líneas, se anticipa la complejidad temática que se desarrollará a lo largo de la narrativa, proporcionándonos esta primera muestra que invita a adentrarnos en un viaje literario que va más allá de la superficie, explorando los matices de la existencia humana, como se ve en este primer fragmento de la historia:

"Pero —pensó el viejo— yo los mantengo con precisión. Lo que pasa es que ya no tengo suerte. Pero ¿Quién sabe? Acaso hoy. Cada día es un nuevo día. Es mejor tener suerte. Pero yo prefiero ser exacto. Luego, cuando venga la suerte, estaré dispuesto." Ernest Hemingway, 1951, (página 16).

En este fragmento se resalta la profundidad de la filosofía de vida que se transmite a través del personaje. Este demuestra la complejidad del ser humano mediante la dualidad entre el optimismo y el realismo. La frase "cada día es un nuevo día" destaca la capacidad del protagonista para mantenerse firme y perseverar a pesar de las adversidades, invitándonos a reflexionar sobre la importancia de mantener una perspectiva positiva incluso en los momentos más difíciles. 

En concordancia con esta filosofía de vida, llega un punto en la historia donde el pescador navega más lejos de lo habitual y finalmente tiene un encuentro con un gran pez, un marlín gigante, iniciando una batalla épica entre el viejo y el pez que se extiende por varios días. Nuestro protagonista muestra una gran determinación y resistencia mientras lucha con el pez. A pesar de sufrir físicamente, mantiene su espíritu de lucha. Durante la lucha, al mismo tiempo empieza a reflexionar: "Imagínate que cada día tuviera uno que tratar de matar a la luna —pensó—. La luna se escapa. ¡Pero imagínate que tuviera uno que tratar diariamente de matar el sol! Nacimos con suerte", pensó. Luego sintió pena por el gran pez que no tenía nada que comer y su decisión de matarlo no se aflojó por eso un instante. "Podría alimentar a mucha gente —pensó—. Pero ¿serán dignos de comerlo? No, desde luego que no. No hay persona digna de comérselo, a juzgar por su comportamiento y su gran dignidad." No comprendo estas cosas —pensó—. Pero es bueno que no tengamos que tratar de matar el sol o la luna o las estrellas. Basta con vivir del mar y matar a nuestros verdaderos hermanos." Ernest Hemingway, 1951, (página 40).

Se destaca el aprecio por la vida y la importancia de valorar el presente, incluso en medio de dificultades, resaltando la necesidad de encontrar un significado en nuestra existencia y de reconocer la belleza en las pequeñas cosas de la vida. Además, se menciona la gratitud no solo en la mejora de nuestro bienestar, sino que nos enseña a fortalecer nuestras relaciones con los demás y con el entorno natural. En este contexto se aborda la conexión del ser humano con la naturaleza y la importancia de una vida más armoniosa y respetuosa tanto con el medio ambiente como con nuestra comunidad.

Utilizando todo su ingenio y habilidad, Santiago logra atrapar al pez después de una larga y agotadora lucha. Finalmente, consigue matarlo. Sin embargo, en el viaje de regreso, su victoria se ve amenazada por la presencia de tiburones hambrientos que acechan en las aguas. En un intento desesperado por proteger su preciado pez, Santiago se ve obligado a enfrentarse a estos depredadores marinos en un feroz duelo por la supervivencia. En medio de esta lucha, Santiago se aferra a su arpón mientras lucha con una de estas bestias.

"No había tales líneas: solamente la pesada y recortada cabeza azul y los grandes ojos y las mandíbulas que chasqueaban, acometían y se lo tragaban todo. Pero allí era donde estaba el cerebro y allí fue donde le pegó el viejo. Le pegó con sus manos pulposas y ensangrentadas, empujando el arpón con toda su fuerza. Le pegó sin esperanza, pero con resolución y furia." (Ernest Hemingway, 1951, pág. 55).


Este fragmento resalta de manera efectiva la valentía y la determinación del personaje principal. Su acto de resistencia sirve como un símbolo de perseverancia y tenacidad, transmitiendo un mensaje poderoso sobre la lucha por lo que uno valora, incluso en circunstancias adversas. La idea de que la determinación de Santiago es un fin en sí misma, independientemente del resultado, sugiere una reflexión profunda sobre el significado de la lucha y el esfuerzo en la vida.

Como si de un éxito doloroso se tratase, el viejo observó que no había vida en los ojos del depredador que intentaba arrebatarle su preciado pez. Sin embargo, ya no le agradaba mirarlo porque su pez había sido mutilado.

“Era demasiado bueno para durar —pensó—. Ahora pienso que ojalá hubiera sido un sueño y que jamás hubiera pescado el pez y que me hallara solo en la cama sobre los periódicos.”

—Pero el hombre no está hecho para la derrota —dijo—. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado." (Ernest Hemingway, 1951, pág. 56).


Este pasaje encapsula la lucha interna y la fortaleza del protagonista, Santiago, frente a la adversidad. Desde su reflexión inicial donde lamenta haber atrapado al pez, hasta su afirmación posterior sobre la naturaleza del hombre —que puede ser destruido, pero no derrotado—, se resalta su resiliencia y determinación. Este libro destaca la profundidad emocional y la sabiduría existencial que Hemingway transmite a través de la sencillez y la franqueza de su narrativa. Santiago y sus reflexiones se convierten en un poderoso símbolo universal de resistencia frente a las pruebas de la vida, inspirándonos a reflexionar sobre la fuerza interior y la perseverancia necesarias para enfrentar los desafíos con dignidad y coraje.

En definitiva, “El viejo y el mar” es una exploración profunda de temas universales como la lucha, la dignidad humana y la relación entre el hombre y la naturaleza, que se revelan a través de esta poderosa historia. A medida que la historia avanza, vemos cómo este libro aborda el tema de la lucha interna del ser humano. Santiago no solo lucha contra el pez, sino también con sus propios límites físicos y emocionales. Esta obra refleja la capacidad de Hemingway para tocar fibras sensibles y generar reflexiones sobre la vida, la soledad y el destino humano.



Referencia:

Hemingway, E. (1989). El viejo y el mar. Dante Quincenal. Recuperado de https://drive.google.com/file/d/0Bz5nkV7wpgwLTURGenZuUnpoVXM/view?pli=1&resourcekey=0-4FJ_B-cq1mYQw4nT8B0MMw



Autores:

- Quiroz Salvador , Nicolas 
- Cordova Ascarza , Harold 


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