La Ausencia Matinal: Un Cambio en la Rutina de Josef K. Reseña de la Novela “El proceso” de Frank Kafka.


La Ausencia Matinal: Un Cambio en la Rutina de Josef K. Reseña de la Novela “El proceso” de Frank Kafka.


Después de doctorarse en Derecho, Franz Kafka trabajó en varios despachos de abogados y, desde 1908, en una compañía de seguros en Praga. Allí desempeñó sus funciones de manera eficiente y puntual, e incluso recibió un ascenso. Sin embargo, Kafka carecía de ambición profesional y su trabajo era aburrido. Aunque su deteriorada salud le obligó a retirarse definitivamente del trabajo en 1920, el trabajo le ocupaba sólo por las mañanas, dejando sus tardes y noches libres para dedicarse a su verdadera pasión: la literatura. En su puesto, Kafka es responsable de investigar y resolver reclamaciones, redactar informes y resolver quejas de los empleadores. Sus responsabilidades incluían el derecho de seguros, tema que aparecía continuamente en sus escritos. Algunos críticos han sugerido que sus experiencias profesionales influyeron en novelas como El proceso. A pesar de sus éxitos en el trabajo, Kafka nunca se sintió satisfecho profesionalmente. Su verdadero trabajo es escribir, a lo que dedica su tiempo libre como pasión. Finalmente, tras muchos años de dedicarse a la literatura mientras trabajaba, la tuberculosis que padecía desde 1917 le obligó a retirarse a principios de 1922, lo que le permitió centrarse por completo en su carrera escrita hasta su muerte en 1924. 

“Todos los días, exactamente a las ocho de la mañana, la cocinera, la señora Grubach, ama de llaves de Josef K., llevaba el desayuno a su habitación. Sin embargo, esta vez la mujer no apareció, lo que nunca había sucedido. Josef K., confuso y hambriento, esperó un rato en la cama. Desde allí observó a la anciana que vivía frente a la casa mirándolo con suma curiosidad. Finalmente tocó el timbre, pero en lugar del chef, un hombre extraño entró en su habitación.” (Franz Kafka, 1925)

Josef K. estaba confundido y sorprendido por este repentino cambio en el orden establecido. Esperó en la cama, confundido y hambriento, sin saber cómo reaccionar. Desde allí, observó cómo su anciano vecino lo miraba con intensa curiosidad, añadiendo elementos extraños e inquietantes al entorno familiar. Cuando finalmente tocó el timbre, un hombre extraño entró en su habitación en lugar de la señora Grubach. La aparición de este intruso profundiza el sentimiento de pérdida de Josef K. ante una situación absurda e inexplicable sobre la que no tiene ninguna influencia. Kafka busca despertar en el lector simpatía y curiosidad, sumergiéndolo en la misma atmósfera de confusión que vive el personaje principal. Sus cuidadosas descripciones y atención al detalle crean una atmósfera vívida y aterradora que cautiva al lector. La prosa densa e introspectiva captura perfectamente la sensación de ansiedad y frustración que impregna la novela. La habilidad de Kafka reside en su gran sensibilidad para expresar la confusión humana ante situaciones incomprensibles e incontrolables que alteran el orden establecido. Hace que el lector sienta curiosidad y esté dispuesto a continuar leyendo esta historia surrealista y absurda, preguntándose qué destino le espera a Joseph K. Asimismo, este pasaje resalta la capacidad de Kafka para crear una atmósfera de claustrofobia, confusión e incertidumbre, reflejando la angustia del personaje ante un mundo que ha perdido su significado. Su cautivadora prosa sumerge al lector en la misma sensación de impotencia que experimentó Josef K., evocando una profunda empatía y suspenso mientras uno se pregunta cómo se desarrollará esta inquietante historia. 

En este pasaje podemos transmitir la angustia y la culpa que experimentó Josef K. en un momento de gran confusión y desorientación. Kafka sumerge al lector en la mente atormentada del héroe atrapado en una situación absurda e inexplicable. Josef K. Esa mañana se despertó esperando que todo fuera una broma o un malentendido. Esperó ansiosamente en la cama, esperando desesperadamente que volviera la rutina y que la señora Grubach apareciera con el desayuno como de costumbre. Sin embargo, la ausencia del cocinero, a quien consideraba digno de confianza y seguro, lo dejó en un profundo estado de inquietud. La mirada curiosa del vecino anciano a través de la ventana añade una sensación de vigilancia y juicio a la escena. Josef K. se sintió observado y juzgado, como si fuera responsable de algo que no entendía. Este sentimiento de culpa y responsabilidad te embarga y te insta a tocar el timbre y pedir ayuda o una explicación. Sin embargo, cuando se abrió la puerta, apareció un hombre extraño en lugar de la señora Grubach. Reemplazar una figura famosa por un intruso aumentó aún más la ansiedad y la culpa de Josef K. Te sientes responsable de lo que está pasando, aunque no hayas hecho nada malo. Kafka transmite con sensibilidad el tormento existencial de Josef K., atrapado en un mundo absurdo y confuso. Los sentimientos de culpa y responsabilidad se convirtieron para él en una carga insuperable a pesar de que era inocente. Los lectores no pueden evitar simpatizar con este personaje mientras lucha por mantener la cordura en medio del caos.



Referencias:
Kafka, F. (1925). El proceso. PlanetaLibro.net
https://planetalibro.net/leerlibro/kafka-franz-el-proceso/3

Autores:
Valeriano Patatingo Adolfo Abel
Chávez Sánchez Fabricio Joaquín
Vasquez Tesen Adonis Alberto

Comentarios

Entradas populares de este blog

Entre Metáforas y Realidades: El Impacto de las Enfermedades en la Sociedad. Reseña al libro de la Enfermedad y sus metáforas de Susan Sontang

Un vistazo al pasado y a las distintas formas de expresión sobre las enfermedades. Reseña al libro Las enfermedades y sus metáforas, de Susan Sontang

El amor en la era del desechable. Reseña del libro el amor en tiempos del cólera